REENCUENTRO
Me desperté sobresaltado, con el corazón acelerado,
miré el reloj: 4:30h.Volví a escuchar el ruido que me había despertado, me
recordaba al repiqueteo de cascos de un caballo.
El ruido no cesaba, decidí salir fuera para descubrir
que era. Cuando llegué de repente una sombra se formó a lo lejos delante de mis
ojos. Era un jinete, pero no uno normal, le cubría una capa siniestra negra
como el azabache. El caballo también era negro como el jinete.
En un repentino salto el caballo comenzó a galopar
hacia a mí, el jinete daba la orden. Yo, inmovilizado, observé como el equino
venía hacia a mí, pestañeé, cerré los ojos y cuando los volví a abrir el
binomio había desaparecido.
En ese instante recordé que ese mismo día se cumplía
un año de la muerte de mi padre, y con él, su caballo que había muerto de pena
al siguiente día.
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