Una semana más, el profesor de Griego, D. Javier Murcia, nos ofrece una palabra para que conozcamos su origen. En esta ocasión, nos habla del origen de bodega, que presenta curiosidades en su larga evolución etimológica. Os invitamos a asomaros a este nuevo acantilado del pasado...
BODEGA (botica)
La
palabra bodega proviene del vocablo latino ăpŏthēca y éste, del
griego ἀποθήκη, que en griego significa simple y llanamente «depósito». La
palabra griega está formada por la preposición ἀπό, con el significado de
«alejado», «apartado», y el verbo τίθημι, que indica «colocar algo»; el verbo
señala, pues, lo que se coloca aparte como reserva, ya sea para utilizarlo en
algún otro momento, ya sea para venderlo.
El
primer documento de la palabra bodega en español data del año 1092 con la voz
“botega”, que ya presenta aféresis (es decir, la pérdida de la /a/ en la
posición inicial). Esto se debió a la temprana confusión con el artículo:
illam apothecam > (il)la(m)
(a)potheca(m)
Las
tres consonantes oclusivas sordas /p/, /t/, /k/ pasarán en español a las
respectivas oclusivas sonoras /b/, /d/, /g/
(aunque, como hemos visto, el primer término atestiguado en castellano
mantenía todavía la sorda dental).
Curiosamente
esta palabra griega volvió a entrar en nuestro idioma posteriormente; fue en
tiempos del Imperio Bizantino cuando la Corona de Aragón ocupó parte de su
territorio y hubo, por tanto, un nuevo contacto con Grecia; en este momento los
griegos pronunciaban la palabra de modo diferente (por un fenómeno conocido
como itacismo una serie de vocales y diptongos acabaron pronunciándose como
/i/); es por eso que la nueva palabra que entró en nuestra lengua fue “botica”.
Y, aunque en principio significó “tienda”, pronto pasó a ser “farmacia”
(primera mitad del siglo XV).
El
término apotheca ha originado en las
distintas lenguas europeas un variado grupo de palabras. En alemán tenemos dos
voces, Apotheke, farmacia, y Bude, que puede ser tanto un punto de
venta como la propia casa o, incluso el cuarto en el que uno vive. En italiano
ha dado bottega, es decir, una tienda
donde se vende mercancía muy variada o el taller de un artesano. En francés,
tenemos boutique, la tienda de
comercio o de un artesano; también puede significar, en el lenguaje coloquial,
la propia casa o el lugar de trabajo. En inglés, apothecary, que entró en ese idioma gracias al francés; su sentido
es el mismo que el del alemán: lugar donde venden medicinas.
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