El rincón de los lectores del IES Gabriel Miró

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miércoles, 30 de junio de 2021

Poemas escondidos: Hoy "Examen sorpresa", de Diego Sánchez Aguilar.

Con el curso casi echando el cierre, ponemos también el epílogo al proyecto "Poemas escondidos" que, durante varios meses de este inusual 2021, hemos llevado a cabo con el alumnado de 3º de ESO C. Poemas de autores y autoras contemporáneos que no siempre llegan al gran público y, mucho menos, al público adolescente que habita nuestras aulas. Esperamos que el poso de los versos leídos y comentados quede en su recuerdo...
Como colofón un poema del escritor Diego Sánchez Aguilar: "Examen sorpresa".


Diego Sánchez Aguilar (Cartagena, 1974) es un escritor español, ganador del Premio Setenil en el año 2016. Sánchez Aguilar es doctor en Literatura y ejerce la docencia en institutos de enseñanza secundaria. Autor de ensayos, poemas y cuentos. Con su primer libro de relatos Nuevas teorías sobre el orgasmo femenino (editorial Balduque) ganó el Premio Setenil en 2016. En noviembre de 2018 publicó la novela Factbook. El libro de los hechos​ en la Editorial Candaya. También es autor de Poesía vertical, edición crítica de la obra de Roberto Juarroz para la editorial Cátedra. Ha publicado reseñas y artículos de crítica literaria en revistas como Quimera o El coloquio de los perros.

EXAMEN SORPRESA

Como si de repente me diera cuenta
de que era hoy el día del examen.
Así despierto todas las mañanas.

Despertarme es caer dentro de ese paso en falso,
dentro de ese vértigo
de saber, de golpe,
que no soy lo que debería haber sido
y sin saber tampoco qué es lo que yo creía
que tendría que ser,
o haber sido.

Hay un profesor dentro de mí
que me está siempre suspendiendo,
y también hay dentro mí un alumno
que solamente sabe que suspende.

Y luego estoy yo, desayunando esta tostada triste,
viendo cómo suspendo y me suspenden:
es como si mi nombre amaneciera
siempre escrito en hiriente tinta roja.

Luego salgo a la calle y está llena de personas
y todas son hermosas y saben lo que hacen,
viven alegres, y visten bien,
y van a sitios a los que yo no voy,
y tienen en el bolsillo las preguntas del examen.

Cuando alguno de ellos me mira,
imagino que soy otra persona,
que en sus ojos soy también hermoso
y voy a sitios con nombre, donde me esperan.
Cuando alguno de ellos me mira,
sostengo la mirada y abro las branquias,
para ser ahí dentro,
un rato más,
ese que finjo, con colores.

Todas las personas que finjo ser
son mejores que yo, cuando las pienso.
Y luego no soy nada, porque cuando habría de ser algo,
estaba ya aquí dentro, pensando en quién sería luego.

Tengo envidia de ese que quiero ser.
Veo, como si estuviera al otro lado de la acera,
cómo sería yo mañana.
Y mañana sería tan fuerte y tan claro,
tan en el centro de la vida,
tan sintiendo la tierra sin zapatos,
tan sabiendo, esta vez sí,
todas las respuestas del examen.

La envidia de ser yo se parece a la nostalgia de un país lejano,
visto en el suplemento de viajes de la revista del domingo.

Y cuando he sido algo, siempre me he equivocado.
He tenido vergüenza de todos los que he sido.
Todavía a veces salta, en mitad de la calle,
hablando sola, la vergüenza.
Como si recordara de repente que me dejé las llaves puestas,
y todo el mundo puede abrir la puerta, y verme por dentro,
desnudo, vacío y culpable como yo me veo.

Miro en los escaparates mi imagen de ayer o de anteayer y, sin llorar,
lloro de vergüenza, y del fracaso inverso
del que ni siquiera lo ha intentado.

Habito la mañana entre la gente
con la sensación de estar frente a un semáforo en rojo
que tarda demasiado en dejar paso;
impaciente, y también con la certeza
de saber que, si se pusiera verde,
no sabría si cruzar o seguir parado,
o adónde habría que ir
si tuviera libre el paso.

Antes de entrar al trabajo,
la ecuación perfecta de que he perdido el tiempo
se resuelve a sí misma dentro de mi estómago.

Y así paso la mañana,
sabiendo que el tiempo nunca se podría haber ganado,
pero con el cuerpo hecho este nudo
de haberlo perdido con certeza.


jueves, 3 de junio de 2021

Poemas escondidos: Hoy, "Temblores", de Ángel Paniagua, comentado por nuestra alumna Paula Cámara

 Ángel Paniagua (Plasencia, 1965) es licenciado en Historia del Arte, campo en el que realiza habitualmente trabajos de traducción y corrección de estilo. Ha publicado críticas de cine, y de exposiciones de pintura y escultura en los diarios La Verdad y La Opinión de Murcia, así como poemas, traducciones y reseñas de libros en revistas literarias (Silvestra, Signos, Arrecife, La Isla Desnuda, Postdata, Renacimiento, Quimera, Hache, Antaria, El coloquio de los perros y otras). Ha sido incluido, entre otras, en las antologías Jóvenes poetas junto al Mediterráneo (J. A. Cilleruelo, Silvestra, 1988), 10 menos 30. La ruptura interior en la poesía de la experiencia (L. A. de Villena, Pre-Textos, 1997), y Spanish Contemporary Poetry: An Anthology (Diana Cullell, Manchester University Press, 2014), y es autor de los libros de poesía: 

En las nubes del Alba (Premio Murcia Joven de Poesía 1989, Universidad de Murcia, 1990); Si la ilusión persiste (ERM-Tres Fronteras, 1991); Treinta poemas (Comares/Postdata, 1997); Bienvenida la noche (2ª edición, corregida y aumentada, de Si la ilusión persiste, ERM-Tres Fronteras, 2003); El legado de Hamlet (Renacimiento, 2003); Una canción extranjera (Premio Antonio Oliver Belmás, ERM-Tres Fronteras, 2004); Gaviotas desde el «Ariel» (Premio Villa de Cox, Pre-Textos, 2005); Monólogos en el vacío (Ediciones del 4 de agosto, 2011). También ha publicado la traducción al castellano de Focs d'octubre del poeta catalán Francesc Parcerisas (Fuegos de octubre, Linteo, 2008).

Temblores

Esas tardes que pueden ser cualquiera

y ninguna, esos cuadros que ya has visto

cuando los miras por primera vez,

esas casas de luz y esas atmósferas

de viento que delatan la cercana,

violenta plenitud de una borrasca.


El aire, en fin, que siempre nos señala

con sus dedos de hierro en los tejados

la dirección que siguen las cigüeñas

hacia otra estación y otro paisaje

más cálido que éste donde aún

seguimos empeñados en buscarnos.


Esas tablas pintadas y esos pájaros,

cuyo ser sin esfuerzo se demora

un momento fugaz ante nosotros,

indican el camino de la única 

manera de vivir que deberíamos 

envidiar y anhelar en vez de ésta

tan vieja ya y deforme que nos huye.


Para Paula Cámara, este poema hace referencia a una sensación de paz, haciéndonos recordar nuestros recuerdos más placenteros, bonitos… Además una cosa que le ha gustado mucho, ha sido la fluidez entre estrofas y versos, cada verso concordaba mejor con el anterior. Nos recuerda, además, lo insignificante o importante que puede llegar a ser una tarde cualquiera, con detalles tan bonitos como la dirección que siguen las cigüeñas en el cambio de estación. Compara las vidas de los humildes pájaros con las nuestras, diciendo así, que deberíamos de envidiar la manera de vivir en vez de la nuestra, vieja y deforme. 

domingo, 23 de mayo de 2021

Poemas escondidos: "Noche de verano", de Joaquín Juan Penalva, comentado por nuestra alumna Sofía Marco.


Joaquín Juan Penalva
Joaquín Juan Penalva (Novelda,1976). estudió Filología Hispánica en la Universidad de Alicante. Su primer poemario publicado se llama Babilonia, mon amour, un poema de cine, realizado en colaboración con Luis Bagué Quílez. En 2016 recibió el Premio de la Crítica Literaria Valenciana, en la categoría de poesía con el libro Anfitriones de una Derrota Infinita. Es autor, de igual modo, de los poemarios La tristeza de los sabios (accésit del Premio de Poesía 2006 para Jóvenes Creadores de la Academia Castellano-Leonesa, 2007), hiberna, hibernorum (2013), Cronología de Tarkovski (Huerga & Fierro, 2018) y Todas las batallas perdidas (Huerga & Fierro, 2019).  Actualmente, imparte clases en la UMH dentro de la especialidad de Comunicación Audiovisual.


NOCHE DE VERANO

Hoy ha pasado mala noche,
ha tenido fiebre alta
y buscaba en mí refugio,
alivio a su dolor.

Es mi hijo,
se llama Joaquín José
y ahora duerme
a mi lado.

A veces me pregunto
cómo hubiera sido mi vida
(o nuestra vida, quién sabe)
sin él,
pero de sobra conozco la respuesta:

No hay vida sin él.

Para Sofía Marco, el poema "Noche de verano" le recuerda la conexión que tenía siendo pequeña con sus padres rememorando los momentos en que enfermaba y, por la noche, siempre se iba a la cama de sus padres acurrucándose en medio de los dos, y les cogía de las manos para sentirse más protegida. Por eso, para ella, es un poema muy reconfortante.  

viernes, 14 de mayo de 2021

Poemas escondidos: hoy "Calostros", de Bibiana Collado, comentado por Miguel Ángel Girona

Bibiana Collado


Bibiana Collado Cabrera (Burriana, 1985) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia, donde también realizó el Máster de Estudios Hispánicos Avanzados (obteniendo el Premio Extraordinario de Máster). En 2014 defendió su tesis doctoral, titulada El imperio nuevo de tu palabra: Canon, tradición y ruptura en poetas cubanas de la Revolución. Dicha tesis fue llevada a cabo gracias a una Beca de Formación de Profesorado Universitario del Ministerio de Educación y Ciencia, la cual le permitió realizar estancias de investigación en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y en la Universidad Autónoma Metropolitana de México.

En el ámbito de la escritura poética ha obtenido los siguientes reconocimientos: Premio Voces Nuevas de poesía, organizado por la Editorial Torremozas (2009); Premio Universidad de Valencia de Escritura de Creación, en castellano (2009) y en valenciano (2012); XXXIV Premio de poesía Arcipreste de Hita (2012); accésit del Premio Adonáis (2016) y Premio Complutense de Literatura 2017.

Para Miguel Ángel, en el poema, la autora recuerda a su madre cuando le decía que se tomase la leche  pero a ella no le gustaba nada. Entonces cuando ve un vaso de leche se acuerda, con ternura y nostalgia, de la frase que le decía: un vasito de leche y a dormir.

También el tono nostálgico y evocador que reina en todo el poema, ya sea para recordar buenos o malos momentos: vinieron la sed y los viajes y los cuerpos y las bifurcaciones, mostrando así una época ya pasada con su familiar y que ahora ya no está.

Calostro

Nunca me ha gustado la leche:

el tacto del cuajo en el paladar,

su lento y caliente descenso

hacia el interior de la infancia.

 

La fe nutricia de las madres

sostuvo a la mía en la lucha

contra mi terca negativa.

 

Monjas y pediatras se comportaron

como artilleros

en la perdida batalla del gusto.

 

La insistencia del mundo reforzaba

la vehemencia de mi rechazo.

 

Sus tibias órdenes tan solo

lograban adensar el líquido

en mi garganta,

cerrar la esponjosa niñez

de mi barriga,

incapaz de ingerir la láctea

blancura y su promesa.

 

El recuerdo del hambre,

tenazmente agarrado a los huesos,

convertía la mala digestión

en una variable inconcebible.

 

-Quien hubiera tenido leche a mano

en aquella época-

susurra una de mis abuelas,

al fondo.

 

Pese a todo, el tiempo empuja

y mi pequeño cuerpo alambrado

fue adquiriendo, poco a poco,

la fortaleza

                   destartalada

del imparable crecimiento.

 

La juventud me libró del regusto

fermentado de aquella infancia

y me hizo creer

que los blandos guardianes

de la primera edad

ya no eran necesarios.

 

Los huesos, que nada sabían

entonces de falta de calcio

ni de vulnerabilidad

ni de lo que será quebrarse,

mostraban la pujanza de la vida,

el vibrante deseo de ser.

 

Vinieron la sed y los viajes

y los cuerpos y las bifurcaciones.

 

Empecé a tener miedo,

no de los dragones y sus escamas

brillantes, sino de mí misma.

 

Después de deshacer el mundo,

decidí construirlo.

Maduré, quién sabe.

 

Lo único cierto es que

nunca me ha gustado la leche,

tampoco ahora.

 

Y, sin embargo,

si aprieto muy fuerte los ojos,

solo pienso en cuánto me gustaría

escucharle decirme una vez más:

 

un vasito de leche y a dormir”.

 


















jueves, 6 de mayo de 2021

Poemas escondidos: Fernando Mañogil nos regala un inédito que comenta nuestra alumna Aroa Carracedo

 

Fernando Mañogil

    Fernando Mañogil nació en Almoradí (Alicante), en el seno de una familia humilde, el 26 de agosto de 1982. Empezó ya destacando en algunos concursos de poesía cuando realizó sus estudios de Enseñanza General Básica. En 1996 se graduó y poco después empezó a escribir sus primeros poemas. Cursó estudios en la Universidad de Alicante donde hizo Licenciatura en Filología Hispánica, que consigue en 2005. De esta etapa son sus poemas “Aquí te espero”, “Cuando el amor se viste de tristeza” o “Recuerdos Literarios”.

A partir de este momento siguió escribiendo sobre temas variados como distintas etapas de su vida y problemas sociales. Finalmente oposita y aprueba para trabajar como profesor de Lengua Castellana y Literatura. Actualmente, trabaja en el IES Remedios Muñoz de Los Montesinos.


Para nuestra alumna Aroa Carracedo, el poema me transmite cierta súplica y melancolía acerca de una persona a la que el poeta mismo añora y recuerda de forma triste. Me da la sensación de que es una persona por la cual siente un aprecio inmenso. Transmite pasión y frustración al leerlo, ya que sientes su ansia por volver a ser querido. Pero a la vez, sientes el vacío que le llena en ese momento al autor, al recordar la presencia de esa persona. A Aroa le gusta mucho la forma con la que transmite su melancolía al enredarse en todos los recuerdos de su aparentemente enamorada situación.


viernes, 30 de abril de 2021

Poemas escondidos: "Valencia, 10 de junio", de Elia Saneleuterio Temporal, por Salma Jover

 
Elia Saneleuterio

Elia Saneleuterio es doctora en Literatura Española, licenciada en Filología Hispánica, maestra en Educación Infantil y máster en Investigación en Didácticas Específicas, especialidad de Didáctica de la Lengua y la Literatura. 
Es profesora de Magisterio en el Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universitat de València. Es miembro de la junta directiva de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE) y pertenece a la Plataforma de Escritoras del Arco Mediterráneo, agrupación que tiene su propia colección de libros —de mismo nombre— en el sello editorial Lastura. El poemario 180º supone su quinta publicación como poeta, tras De cómo ya no duermo sola (premio Antonio Oliver Belmás 2005 y Ópera Prima de la Crítica Literaria Valenciana 2006), texto fuente del que deriva esta actualización que es 180º. Su bibliografía se completa con tres poemarios más escritos en su lengua vernácula, el valenciano: Encara sospire nits (2007), Poetes d’exili (2016) y Al nord amb els teus ulls (2016).

Valencia, 10 de junio

Tus labios como (pist)olas transparentes,
(fu)entes a hurtadillas las (t)ardes de verano.
Tu boca (intermit)ente como ola de sonrisas
que mojan tus (di)entes de hielo.
Qué fresquitos los hilitos cristalinos (en)redándose
entre las le(n)guas que hablamos.
(Bes)arte en la calle es un idioma.
Un (r)esbalón de agua fría
con risas (ardi)entes.

Para Salma Jover, la autora expresa sus sentimientos más íntimos hacia la persona a la que dedica el poema, con la que tiene una relación muy intensa y casi única. Las metáforas que usa para hablar de esa relación me han parecido muy bonitas y sugerentes, haciendo que la relación de amor sea muy especial.


jueves, 22 de abril de 2021

Poemas escondidos: "Los domingos", de Luis Escavy, por Lola Ferrández


Luis Escavy es un escritor murciano nacido en 1994. Trabaja como profesor de latín y griego en instituto, ya que es graduado de filología clásica por la Universidad de Murcia. Además, ha colaborado en en diversas revistas literarias como Estación Poesía o Anáfora gracias a sus poemas. Además ha tenido cierta importancia en algunos premios, por ejemplo, fue finalista del XVII Premio Internacional de Poesía Dionisia García y de la 74a edición del Premio Adonáis. 

Los domingos

No te enfades conmigo los domingos.
Hay días para eso, días buenos,
donde todo es más fácil, donde el pan
se vende a todas horas y la gente
lo compra cuando vuelve del trabajo;
y hay niños que despejan las ciudades
y bares que no cierran y terrazas
alegres y repletas de periódicos.
Y luego hay días tristes, los domingos,
donde nada me sale, donde hago
negocios chapuceros, sumo mal
y fallo varias veces en lo mismo;
me caigo tropezando en la escalera
y no importa qué haga porque es
domingo una vez más, es ese día
que Dios me deja libre y donde pierdo
las ganas de empezar otra semana.

(De Otra noche en el mundo, 2021)



Para nuestra alumna Lola Ferrández, representa que los domingos son días apagados para el poeta, ya que todo está cerrado y no hay mucha vida. Además dice que el domingo es “donde pierdo las ganas de empezar otra semana” pensando en esta sensación de cansancio que suele producirse al tener que volver a la rutina tras un buen fin de semana. El poeta pide tranquilidad los domingos, que es un día triste, apagado y sin vida e incluso cansado, porque te agota esa sensación de impotencia de encontrarnos con la semana. 

jueves, 15 de abril de 2021

Poemas escondidos: "Viernes 17 de noviembre de 2017", de Begoña M. Rueda, por Ana Correas

Begoña M. Rueda
(Jaén, España, 1992). Ha estudiado Filología Hispánica en la Universidad de Jaén, en cuya facultad ha ganado dos veces el primer premio de poesía por La canción del bardo (2015), Playlist (2019) y el accésit por Damasco (2019). También ha publicado Princesa Leia (Isla de Siltolá, 2016), Siberia es un estado de ánimo (En Huida, 2017) y Reencarnación, (Ediciones Complutenses, 2019). Este poema pertenece a su libro, Todo lo que te perdiste por meterte a monja, con el que ha ganado el Certamen Internacional de Poesía Martín García Ramos, que publicó en 2020 la editorial Difácil. 






VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2017
 
Ojalá volvieras para disfrazarnos de power rangers.
Es lo típico que siempre dijimos de hacer y nunca pasó,
disfrazarnos de power rangers en un entierro,
intentar salir en los periódicos.
No podíamos entender que nunca se le hubiera ocurrido a nadie,
querías que nos disfrazáramos
tú de power ranger rosa y yo de power ranger amarillo
en el entierro de un cura, qué mejor candidato
que alguien que basa sus creencias en la ciencia ficción,
alguien que da misa
disfrazado de power ranger negro.

En opinión de Ana Correas, el poema habla desde la nostalgia y el cariño hacia una persona querida de la autora con la que disfrutaba y hablaba de hacer cosas divertidas (como disfrazarse de power rangers rosa y amarillo en un entierro solo porque nunca se le había ocurrido a nadie). El poema hace una crítica y una burla a la religión: la crítica cuando dice que las creencias de un cura están basadas en la ciencia ficción; la burla, cuando dice que oficia misa disfrazado de power ranger negro.

martes, 13 de abril de 2021

Adolfo Lizón: especialista oriolano en la obra de Gabriel Miró


En muchas ocasiones, al hablar de escritores oriolanos, nos ceñimos en exceso a la figura de Miguel Hernández. Esta tendencia, lógica por una parte si tenemos en cuenta la calidad y la trascendencia del poeta oriolano, provoca que perdamos de vista otras figuras que han destacado en la literatura de nuestra ciudad, tales como el escritor que da nombre a nuestro centro, Gabriel Miró. Sin embargo, tenemos ahora la oportunidad de ir restañando esta costumbre con la recuperación y puesta en valor de la obra ensayística de un escritor oriolano: Adolfo Lizón.  Autor, entre otras obras, de los ensayos "Léxico y estilo en Gabriel Miro" (1942) y "Gabriel Miro y los de su tiempo" (1944), fue recientemente protagonista de una exposición (octubre 2020, Palacio Sorzano de Tejada) en nuestra ciudad que, por desgracia, se vio truncada por la pandemia.

 Como intento por hacer justicia a esta figura, compartimos un vídeo sobre su labor filológica y literaria, así como el enlace en el que se puede consultar toda la obra de Adolfo Lizón, digitalizada por la Biblioteca Pública Fernando de Loaces.

Del mismo modo, este jueves 15 de abril, a las 19:30 h. en la Biblioteca Pública María Moliner se presentará el libro Adolfo Lizón y los de su tiempo, que ha sido editado por la Fundación Cultural "Miguel Hernández" y que contará con la presencia de la hija de Adolfo Lizón, Dña. Elena Lizón - Respaut. En definitiva, una oportunidad para conocer la labor de dos figuras literarias cuyo trabajo se centró en Orihuela.

Vídeo sobre exposición de Adolfo Lizón

Acceso a la obra completa digitalizada de Adolfo Lizón en la Biblioteca Fernando de Loaces

Presentación del libro "Adolfo Lizón y los demás"

jueves, 8 de abril de 2021

Poemas escondidos: "Hijos de la Bonanza", de Ben Clark, por Ana López

Ben Clark es un poeta nacido el 21 de junio de 1984 , de nacionalidad Española y Británica.

Ha recibido diversos premios literarios entre los que destacan el Premio Hiperión 2006 ex aequo con David Leo García, el VII Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande.

Uno de los poemas más conocidos de Ben Clark es "El fin último de la (mala) literatura", publicado originalmente en La mezcla confusa (2011) y que se viralizó a finales de 2011, alcanzando una gran difusión en redes sociales. Entre 2002 y 2012 mantuvo una columna semanal en catalán en el Diario de Ibiza y ha colaborado con entrevistas y artículos para otros medios como El Mundo, La Vanguardia o El País. Ha traducido a los poetas Anne Sexton, Stephen Dunn y Edward Thomas, y al narrador estadounidense George Saunders. Su obra aparece en diversos recuentos y antologías de la poesía reciente.

HIJOS DE LA BONANZA


«Hijos de la bonanza», nos llamaban.

Los que no conocieron ni la hambruna

ni las agudas larvas de estridencia

chillando en el oído por las bombas.

Y cuando nuestras piernas, tan delgadas,

caían y sangraban porque el parque

era de un hormigón armado y frío,

se quedaban callados, observando

nuestro llanto con un gesto de sorna.


Debíamos vivir y dar las gracias

por la ocre rozadura en la garganta

que provocaba el aire al refugiarse.

Agradecer las flechas de las nubes

y que un fango lechoso a nuestros pies

–en un último gesto agonizante–

le mordiera las botas al progreso.

¿Y cómo agradecerles la alegría?

La risa provocada por los hombres

inocentes del mar

cuando se encaminaban hacia el río

dispuestos a bañarse entre excrementos.


También estaba el tedio

de tener que explicarles a los niños

palabras como pueblo indio, oso

pardo, ballena azul o lince ibérico.

Pero esto eran minucias, sacrificios

en nada comparables al sufrido

por aquellos que ahora nos decían

hijos de nuestra sangre, tan severos.


Aunque, a veces, es cierto, no fue fácil,

simplemente intentamos ir viviendo.

Haciendo caso omiso a los escrúpulos,

al vacío que moraba en nosotros,

hijos de la bonanza;

los hijos de los hijos de la ira,

herederos de todos los despojos.

Para Ana López, el poema le transmite tristeza, por las referencias a la miseria por la guerra y el hambre. Para ellos la pobreza era tener que bañarse en excrementos por no tener recursos para poder tener agua o comida, o tener que explicarle a sus hijos palabras que no sabían por no tener escuelas o personas que les enseñaran. 

viernes, 2 de abril de 2021

Poemas escondidos: "Las ramas del azar", de Constantino Molina, comentado por Roberta Onaca y Trino Fernández.


Constantino Molina
Constantino Molina nace en Albacete en 1985. Abandonó los estudios de Licenciatura de Humanidades en el año 2006 y desde entonces ha trabajado en muy diferentes puestos de empleo que nada tienen que ver con la labor literaria (repartidor de guías telefónicas, pintor, camarero, ferrallista, jardinero, empleado en tiendas, supermercados y empresas de manufactura). Actualmente, reside en Madrid y trabaja en la librería del Museo Thyssen Bornemisza. Su primer libro, «Las ramas del azar», fue galardonado con el Premio Adonáis 2014 y el Premio Nacional de Poesía Joven 2016. Su segundo libro, «Silbando un eco extraño», fue publicado en 2016 por la editorial Hiperión tras obtener el Premio de Poesía Alfons el Magnànim. Colabora de manera habitual en medios de prensa escrita como el suplemento cultural de ABC Castilla-La Mancha o la revista literaria OcultaLit.

Las ramas del azar

Qué bellos se mantienen

viviendo sin cuidados, sin podar,

estos almendros

que el olvido ha cargado

de nuevas ramas.


Van creciendo al azar, desatendidas

de la mano del hombre.

Crecen en el desorden armonioso

de la naturaleza,

en búsqueda perpetua tras la vida

y nunca cesan. Crecen

y crecen estas ramas

sembradas como están de alados pájaros,

y la hoja quiere ser ala que vuela

con el aire metido entre sus pliegues,

y con él se deja ir en el otoño.


Qué bellos se mantienen

estos almendros.

Y, sin embargo,

qué inquietante saber que la belleza

que ahora se les concede

es también la condena

de entregarse a una vida más efímera.

Para Trino, este poema trata sobre algo que las personas han descuidado, los almendros, ya que después de dar flor y fruto se quedan secos o por otra parte se le puede referir a la primavera porque en esta época los árboles que no se cuidan crecen sin cesar. El poema le ha parecido difícil de entender, aunque no por ello, le ha dejado de parecer bonito.

Por su parte, para Roberta, es un poema que le transmite sentimiento de empoderación e independencia ya que habla de unos almendros los cuales no son cuidados y aun así siguen creciendo y viéndose bellos, lo que le hace sentir que a pesar del descuido, ellos siguen creciendo independientemente.


jueves, 25 de marzo de 2021

Poemas escondidos: "Hoy ha muerto mi abuela", de Antonio Aguilar, comentado por Stefan Alexandru Bitu y Andrea García

 
Antonio Aguilar
Rodríguez
(Murcia, 1973) Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia, actualmente es profesor de Lengua Castellana y Literatura en el instituto Ricardo Ortega de Fuente Álamo (Murcia). Ha publicado tres libros de poemas: El amor y los días (Universidad de Granada, 1998), El otoño encarnado de Ives de la Roca (Editora Regional de Murcia, 1998), Allí donde no estuve (Rialp, 2004), La noche del incendio  (Huerga y Fierro, 2015) y Canciones para el día de después (Huerga y Fierro, 2019). Han aparecido sus poemas en los periódicos La Verdad y La Opinión de Murcia y en las revistas Litoral, Hélice, Isla desnuda, El Coloquio de los Perros, Némesis, Müsu… Ha sido antologado en Yo es otro. (Autorretratos de la nueva poesía) de Josep Maria Rodríguez (DVD, 2001), y en Periféricos. Quince poetas de Ignacio Elguero (San Sebastián de los Reyes, 2004). Actualmente edita y dirige la colección de poesía Los Cuadernos Portátiles.

Para Stefan, este poema trata sobre la muerte de su abuela. El poeta no la reconoce porque ya no es como era antes para él. Utiliza, por ello, la palabra exangüe, que significa que está agotado y completamente falto de fuerzas. Cuando llega a la misa, el cura no le consuela y se encierra aún más en sí mismo hasta que en el coche, estando solo, estalla a llorar. El poema trasmite un sentimiento de tristeza, de desconsuelo y de impotencia muy grande.

Por su parte, para Andrea, en el poema se ve reflejado un sentimiento de tristeza, mucho dolor e impotencia por parte del autor, ante la situación que vive durante esa etapa de su vida, debido a la pérdida de un ser muy querido por él, su abuela. Podemos percibir que este experimenta gran ira y malestar, intensificado en concreto por la actitud del sacerdote, que  parece burlarse de su intenso dolor, ojeando el móvil en plena homilía y restándole importancia a una persona que apreciaba y amaba con locura.

HOY HA MUERTO MI ABUELA

Hoy ha muerto mi abuela,

un ser pequeño, exangüe,

horizontal.

Una sábana blanca y una mantilla,

que alguien le regaló en vida,

tapaban su cuerpo enjuto.

                               No estaba hermosa.

No se podría decir que estuviera en paz.

Estaba allí simplemente

a expensas del dolor.


Todos sabíamos que aquel cuerpo

era el cuerpo sin vida de alguien

a quien habíamos amado,

a quien habíamos conocido,

de quien habríamos oído hablar en algún momento.


Observé a través del cristal

su nariz pronunciada por la delgadez extrema,

los pómulos descarnados,

la piel flácida.

Un ser único e irrepetible,

frente a esa masa informe

que poco a poco iba llenando la sala de espera,

diluyendo el dolor

en un dolor compartido en fracciones minúsculas,

en porciones de un pastel de cumpleaños.


Luego en la homilía

al cura le sonó el móvil.

Un hombre obscenamente gordo

que levantaba los brazos

como marcando unas comillas imaginarias

sobre la palabras de dios.


Tan sólo en una ocasión citó su nombre,

y luego habló de un padre y un hijo,

-de Agamenón y de Ifigenia-,

habló de cosas extrañas

que en algún lugar

dentro de muchos años

tendrán sentido,

cuando ya no nos importen,

cosas que se esclarecerán para tener algo que ver

con los que estábamos allí,

con la que estaba allí,

frente al altar,

dentro de la caja cerrada.


No dijo que el dolor era como un eclipse,

que llega poco a poco,

que lentamente da su bocado seco,

que luego se aleja dejando un rumor

de hojarasca pisada,

que es áspero como una cicatriz.


En aquel momento, en mitad de la homilía,

sólo sentí el estómago vacío,

los pies cansados,

nada que ver con mi abuela,

nada que ver con nadie que estuviese allí,


y aún menos con aquel hombre

que miraba la pantalla de su móvil

mientras recitaba los Evangelios

de una memoria aburrida y monótona.


No dijo que el dolor nada tiene que ver

con quien lo provoca,

que el dolor es cosa nuestra.


Más tarde en el coche

me eché a llorar,

me eché a llorar por mi abuela muerta,

mientras sonaba la música

en el coche

de vuelta a casa, solo,

con esa emisora,

escuchando el adagio de la sonata II

para viola de gamba y clavecín

de Juan Sebastián Bach.


Lloré por mi abuela

en el coche

de vuelta a casa, solo,

cuanto no había llorado por mi abuelo,

al que quise con locura,

como el amor que hay entre dos amantes.


Lloré por mi abuelo.

Lloré por mi abuela.

Lloré por mí.

Espacios estancos.

Eso era todo.

Dolor por dolor.


jueves, 18 de marzo de 2021

Poemas escondidos: "Capitalismo", de Gracia Aguilar Almendros por Lucía Pardines

Gracia Aguilar Almendros
Gracia Aguilar Almendros es una poeta nacida en Albacete en 1982. Licenciada en Humanidades. Ha trabajado como pinche de cocina, cuidando niños y como bibliotecaria, actualmente es profesora interina de Lengua Castellana y Literatura en Oviedo. Ha publicado en revistas literarias como Barcalora, Feria o La siesta del lobo. Ha publicado el libro Libérame domine (Premio Emilio Prados, Pre-textos, 2018).  Aparece en diversas antologías como Insumisas  Ediciones Baile del sol, 2019), De la intimidad (Renacimiento, 2019), Dios en la poesía actual (Rialp, 2018), El peligro y el sueño (Editorial Celya, 2016) o Desde el mar a la estepa (Chamán ediciones, 2016) y Generación Fanzine (Diputación de Albacete, 2001). Ha recibido los siguientes premios: 3er premio de Jovenes Artistas de Castilla la Mancha en 2009 y 1er Premio Ayuntamiento de Albacete Jovenes Artistas en 2005. 

Capitalismo

Masa, relleno, masa,
masa, relleno, masa.
Ciento ochenta rollitos
de primavera.

Un día entero de trabajo,
a cuatro con cincuenta euros la hora.
Reservas de rollitos
artesanales
para semanas.

Masa, relleno, masa,
masa, relleno, masa,
ritmo, obsesiones.
Y los versos salvándome,
los poemas que acuden
a mi cabeza,
la palabra árbol,
pájaro, luz, azul.

Otra cadencia,
saber que existe,
respirar hondo
y pasar al siguiente.

Para nuestra alumna Lucía, la autora quiere transmitir su cansancio por la rutina, cómo se ve atrapada en la misma actividad que no le genera ilusión al realizar. Da la sensación de que se siente como ahogada. Esto lo consigue con una repetición de dos versos completos, explicando los pasos que debe realizar una y otra vez “Masa, relleno, masa”. De este sentimiento, lo único que parece salvarla es pensar en los poemas que tanto ama. Componer en su mente versos la ayuda a soportar esa cadencia que nombra. No intenta dar esperanzas de que se pueda salir de esa monotonía. Solo quiere que nos sintamos arropados al leerlo.

jueves, 11 de marzo de 2021

Poemas escondidos: "Te llaman, las llamas y juntas jugáis junto al río y arañáis la tierra", de Luisa Pastor, comentado por Blanca García y Elena Torregrosa

 

Luisa Pastor

Luisa Pastor es una escritora oriolana  nacida en 1974. Además de ser escritora, es profesora de Lengua Castellana y Literatura en Enseñanza Secundaria, licenciada en Filología Hispánica y directora del grupo de poesía escénica y audiovisual “Auralaria” , el cual ella misma fundó junto a Álvaro Giménez en el año 2009. Luisa ha sido premiada en varias ocasiones y en distintos lugares por sus expresivos poemas, destacando el premio Voces nuevas (2013),  convocado por la editorial madrileña Torremozas. Recientemente, en el año 2020, ha publicado su primer poemario, Las rosas terminan, que inaugura también la editorial que lleva el nombre de su asociación, Auralaria ediciones.

Para Blanca García, en este poema, Luisa expresa cómo son las mujeres de su casta, es decir, su linaje. Habla de ellas cómo mujeres poderosas y que se apoyan entre ellas, que nadie les dice lo que tienen que hacer o cómo actuar. Ellas se muestran fuertes, pero como todas las personas también lloran, y eso no las hace débiles, sino humanas. Además, habla sobre un lugar que tienen en común, en el que han pasado mucho tiempo desde que eran jóvenes, dando a entender que en ese lugar se sienten ellas mismas y se olvidan de todo. No necesitan más que a ellas mismas para "pisar fuerte" allá por donde van.

Por su parte, para Elena Torregrosa, el poema resulta hermoso y emotivo, ya que Luisa quiere rendir un homenaje a las mujeres que la rodean y afirma que son mujeres valientes e independientes, que aunque tengan momentos de debilidad, no se dan por vencidas y luchan hasta el final. Luisa hace uso de  distintos paralelismos, y cuenta también, a través de una metáfora en la décima estrofa, que procede de familia y hogar humilde que recuerda con mucho cariño. Apenas hay versos que rimen entre sí, y estos tampoco tienen un número específico de sílabas, por lo que  emplea el versolibrismo. 



Ya te llamas por fin como una niña
lo mismo que en tu infancia
igual que un río
te llamas y te llamas y te escuchas
te llamas y te escuchas y te pierdes.

Leopoldo Panero

TE LLAMAN Y LAS LLAMAS Y JUNTAS

JUGÁIS JUNTO AL RÍO Y ARAÑÁIS LA TIERRA


Vengo de una casta de mujeres fuertes y solitarias.

Las mujeres de mi casta no hablan bajito,

duermen poco y mueren solas.

Acaban sus días atadas a la vieja encina.

Replegadas en sí mismas, se dejan ir sin estridencias.

Son sus últimos murmullos signos de un extraño

idioma.


Las mujeres de mi casta dan besos al aire,

lloran cuando ríen, y a veces perdonan.

Cuando beben,

se ponen tristes, melancólicas,

pero de un solo impulso se levantan

como si jamás hubiesen

derramado una lágrima.


Las mujeres de mi casta miran de frente,

no saben de cálculos, solo de emociones y pasos

perdidos.

Recuerdan los amores y los días,

miran con añoranza las cumbres lejanas,

pero nunca se dejan derrotar

las mujeres de mi casta.

En estancias vacías oímos ecos que nadie más puede

oír.

Y lloramos ante el muro,

y contamos con el silencio,

que - quién sabe por qué- nos reconforta.


Las mujeres de mi casta olvidan su memoria,

buscan siempre algo en sus bolsillos,

pero apenas encuentran un nombre

en los dobladillos de su delantal.


Siempre detrás de palabras,

siempre en la orilla opuesta,

visitando el lugar preciso,

donde el barro está removido

y nos aguarda.

Ahí hemos estado jugando desde niñas,

por eso nunca abandonaremos ese trozo de tierra,

esa ribera nos pertenece,

la delimitamos con nuestras pequeñas manos.


En el hoyo profundo, los vestidos de nuestra infancia,

nuestro vestido rosa con lunares blancos,

nuestro vestido de vuelo bajo la llanura arañada

como los deshechos de una bandera.


Las mujeres de mi casta

marcan su paso por el mundo

sobre ese trozo de tierra

con unas pocas ramitas,

traídas por el viento

desde la espesura

por donde un día

caminaban a solas

bajo el sol de invierno