EL TIEMPO QUE NOS MALDICE
Cae la nieve espesa. Nuestros ojos solo ven alegría acompañada de una sensación acogedora y ardiente, que vacía el malestar del temporal. Que impide los crímenes en la ciudad…
Noche tras noche, el color se acerca. Las ventanas son incapaces de cerrarse ante la imponente presencia de la húmeda lluvia que, combinada con el conjunto de seres luminosos, completan el más grande de los arcoíris…
Poco a poco, las chicharras estridulan. Nuestro conocimiento se limita a disfrutar entre amigos y agua cristalina, que procedente del mar, consigue despejarnos la mente en un irritante día de verano…
Finalmente, las hojas se distancian del árbol. El agua que predomina nos hace dudar entre nuestros gustos diarios y futuros, que se incrementan al añorar lo pasado. Que dan camino al frío helado…
Son sensaciones las que nos hacen cambiar pensamientos, sin embargo, el tiempo es malgastado incluso pensando cuánto de él nos queda.
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