El rincón de los lectores del IES Gabriel Miró

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domingo, 23 de mayo de 2021

Poemas escondidos: "Noche de verano", de Joaquín Juan Penalva, comentado por nuestra alumna Sofía Marco.


Joaquín Juan Penalva
Joaquín Juan Penalva (Novelda,1976). estudió Filología Hispánica en la Universidad de Alicante. Su primer poemario publicado se llama Babilonia, mon amour, un poema de cine, realizado en colaboración con Luis Bagué Quílez. En 2016 recibió el Premio de la Crítica Literaria Valenciana, en la categoría de poesía con el libro Anfitriones de una Derrota Infinita. Es autor, de igual modo, de los poemarios La tristeza de los sabios (accésit del Premio de Poesía 2006 para Jóvenes Creadores de la Academia Castellano-Leonesa, 2007), hiberna, hibernorum (2013), Cronología de Tarkovski (Huerga & Fierro, 2018) y Todas las batallas perdidas (Huerga & Fierro, 2019).  Actualmente, imparte clases en la UMH dentro de la especialidad de Comunicación Audiovisual.


NOCHE DE VERANO

Hoy ha pasado mala noche,
ha tenido fiebre alta
y buscaba en mí refugio,
alivio a su dolor.

Es mi hijo,
se llama Joaquín José
y ahora duerme
a mi lado.

A veces me pregunto
cómo hubiera sido mi vida
(o nuestra vida, quién sabe)
sin él,
pero de sobra conozco la respuesta:

No hay vida sin él.

Para Sofía Marco, el poema "Noche de verano" le recuerda la conexión que tenía siendo pequeña con sus padres rememorando los momentos en que enfermaba y, por la noche, siempre se iba a la cama de sus padres acurrucándose en medio de los dos, y les cogía de las manos para sentirse más protegida. Por eso, para ella, es un poema muy reconfortante.  

viernes, 14 de mayo de 2021

Poemas escondidos: hoy "Calostros", de Bibiana Collado, comentado por Miguel Ángel Girona

Bibiana Collado


Bibiana Collado Cabrera (Burriana, 1985) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia, donde también realizó el Máster de Estudios Hispánicos Avanzados (obteniendo el Premio Extraordinario de Máster). En 2014 defendió su tesis doctoral, titulada El imperio nuevo de tu palabra: Canon, tradición y ruptura en poetas cubanas de la Revolución. Dicha tesis fue llevada a cabo gracias a una Beca de Formación de Profesorado Universitario del Ministerio de Educación y Ciencia, la cual le permitió realizar estancias de investigación en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y en la Universidad Autónoma Metropolitana de México.

En el ámbito de la escritura poética ha obtenido los siguientes reconocimientos: Premio Voces Nuevas de poesía, organizado por la Editorial Torremozas (2009); Premio Universidad de Valencia de Escritura de Creación, en castellano (2009) y en valenciano (2012); XXXIV Premio de poesía Arcipreste de Hita (2012); accésit del Premio Adonáis (2016) y Premio Complutense de Literatura 2017.

Para Miguel Ángel, en el poema, la autora recuerda a su madre cuando le decía que se tomase la leche  pero a ella no le gustaba nada. Entonces cuando ve un vaso de leche se acuerda, con ternura y nostalgia, de la frase que le decía: un vasito de leche y a dormir.

También el tono nostálgico y evocador que reina en todo el poema, ya sea para recordar buenos o malos momentos: vinieron la sed y los viajes y los cuerpos y las bifurcaciones, mostrando así una época ya pasada con su familiar y que ahora ya no está.

Calostro

Nunca me ha gustado la leche:

el tacto del cuajo en el paladar,

su lento y caliente descenso

hacia el interior de la infancia.

 

La fe nutricia de las madres

sostuvo a la mía en la lucha

contra mi terca negativa.

 

Monjas y pediatras se comportaron

como artilleros

en la perdida batalla del gusto.

 

La insistencia del mundo reforzaba

la vehemencia de mi rechazo.

 

Sus tibias órdenes tan solo

lograban adensar el líquido

en mi garganta,

cerrar la esponjosa niñez

de mi barriga,

incapaz de ingerir la láctea

blancura y su promesa.

 

El recuerdo del hambre,

tenazmente agarrado a los huesos,

convertía la mala digestión

en una variable inconcebible.

 

-Quien hubiera tenido leche a mano

en aquella época-

susurra una de mis abuelas,

al fondo.

 

Pese a todo, el tiempo empuja

y mi pequeño cuerpo alambrado

fue adquiriendo, poco a poco,

la fortaleza

                   destartalada

del imparable crecimiento.

 

La juventud me libró del regusto

fermentado de aquella infancia

y me hizo creer

que los blandos guardianes

de la primera edad

ya no eran necesarios.

 

Los huesos, que nada sabían

entonces de falta de calcio

ni de vulnerabilidad

ni de lo que será quebrarse,

mostraban la pujanza de la vida,

el vibrante deseo de ser.

 

Vinieron la sed y los viajes

y los cuerpos y las bifurcaciones.

 

Empecé a tener miedo,

no de los dragones y sus escamas

brillantes, sino de mí misma.

 

Después de deshacer el mundo,

decidí construirlo.

Maduré, quién sabe.

 

Lo único cierto es que

nunca me ha gustado la leche,

tampoco ahora.

 

Y, sin embargo,

si aprieto muy fuerte los ojos,

solo pienso en cuánto me gustaría

escucharle decirme una vez más:

 

un vasito de leche y a dormir”.

 


















jueves, 6 de mayo de 2021

Poemas escondidos: Fernando Mañogil nos regala un inédito que comenta nuestra alumna Aroa Carracedo

 

Fernando Mañogil

    Fernando Mañogil nació en Almoradí (Alicante), en el seno de una familia humilde, el 26 de agosto de 1982. Empezó ya destacando en algunos concursos de poesía cuando realizó sus estudios de Enseñanza General Básica. En 1996 se graduó y poco después empezó a escribir sus primeros poemas. Cursó estudios en la Universidad de Alicante donde hizo Licenciatura en Filología Hispánica, que consigue en 2005. De esta etapa son sus poemas “Aquí te espero”, “Cuando el amor se viste de tristeza” o “Recuerdos Literarios”.

A partir de este momento siguió escribiendo sobre temas variados como distintas etapas de su vida y problemas sociales. Finalmente oposita y aprueba para trabajar como profesor de Lengua Castellana y Literatura. Actualmente, trabaja en el IES Remedios Muñoz de Los Montesinos.


Para nuestra alumna Aroa Carracedo, el poema me transmite cierta súplica y melancolía acerca de una persona a la que el poeta mismo añora y recuerda de forma triste. Me da la sensación de que es una persona por la cual siente un aprecio inmenso. Transmite pasión y frustración al leerlo, ya que sientes su ansia por volver a ser querido. Pero a la vez, sientes el vacío que le llena en ese momento al autor, al recordar la presencia de esa persona. A Aroa le gusta mucho la forma con la que transmite su melancolía al enredarse en todos los recuerdos de su aparentemente enamorada situación.