3:23
Llegué de trabajar, por algún motivo habían llegado más pedidos de lo habitual, 323 exactamente, lo único que quería era ver a mi gato.
Nada más abrir la puerta mi amigo felino vino corriendo hacía mí, me di cuenta de que tenía hambre así que le serví comida y mientras me dí cuenta de que hoy era 23 de febrero.
“Por fin se está acabando este maldito mes” – dije con pocas ganas.
Me puse mi único pijama, cené y me dormí en el sofá.
Al despertarme ví que eran las 3:23 de manera que me acosté.
Antes de encamarme pude ver una figura alta y delgada mirándome con sus brillantes ojos. Previamente de poder reaccionar, la figura ya me había apuñalado con sus largas uñas.
Me desperté sudando y agitado, escuché unos ruidos en el pasillo y cuando volví a ver la hora, el reloj marcaba las 3:22.
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