El gran perro rojo
Justo al terminar de escribir su microrrelato, pulso el botón de “supr” y lo borro todo sin pensarlo dos veces, lo que escribió en ese word no le pareció lo suficientemente bueno como para presentarlo a un concurso, no era lo que quería transmitir. Se detuvo para poder pensar en otra manera de plasmar su idea , y se quedó en blanco. Todas las ideas que tenía se le fueron de la cabeza. Llevaba más de una semana intentando terminar ese microrrelato, pero todo se le hizo cuesta arriba. Levantó la cabeza y miró por la ventana, que asomaba a un parque perruno. Ese parque le recordó a la película de “Clifford, el gran perro rojo”. De repente, todas las ideas se le vinieron a la cabeza y se puso a escribir como una loca. En 10 minutos ya había plasmado todo lo que estaba intentando plasmar desde hace una semana.
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