LA IRONÍA
Intenté
escapar, lo prometo, intenté no hacerlo. Quería salir de allí, mejor dicho,
necesitaba salir, huir, necesitaba olvidarme de ti. Tu rostro volvió a mi mente
perturbando mis sentimientos, pero esta vez iba a acabar con todo. Entré a la
fábrica donde esperabas inocente. Atravesé la puerta. Cogí la pistola y con un
hilo de voz te llamé esperando que tu mirada me volviera a engañar, esperando a
que me librara de lo que estaba a punto de hacer. Estábamos frente a frente y
antes de disparar intenté aferrarme a la idea de que podrías cambiar y volver a
ser aquel que me acompañaba al cine, aquel con el que hablaba de todo sin
hablar de nada, quise creer que no me habías mentido, pero ni yo me pude
engañar. Apreté el gatillo haciendo frente a la ironía de la situación: matar
al problema para que este deje de matar.
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