Has mirado a ambos lados de la carretera, ya
puedes cruzarla prudentemente, pero piensas que detenerte a mitad es buena idea. Percatas al coche, que con sus faros
exigentes se acerca, cada vez más y más .Miras las luces impasible, en un
trance el cual no te permite escuchar el pitido del coche, indicando que te apartes. No atiendes a lógicas, solo
importan ahora los focos que te alumbran
in crecendo. ¿Es la ambición o la curiosidad quién te mantiene
inmóvil? Por fin ves al hombre que conduce el vehículo, agitando sus manos
frenéticamente ordenando que te apartes de una vez. Bombea tu corazón llevado
por la adrenalina ¿Crees
que es hora de quitarte de en medio? Parpadeas lentamente y justo
cuando decides moverte y hacerle caso a tu cabeza… Arriba, son las 7.10
del lunes, despierta o llegarás tarde a
clase.
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