MEMORIAS DE UN GLITCH
Por aquel
entonces, hacía ya un tiempo que nos habíamos mudado al centro de Londres. Estábamos
en la calle y mi madre se había parado a hablar con una amiga. Yo tenía una
pelota y, como a cualquier niño aburrido de tres años se le habría ocurrido,
empecé a jugar con ella, con la mala suerte que al darle una patada, salió
rodando hacia la carretera. Yo no me lo pensé y salí en su busca. Como mi madre
estaba hablando, no se enteró.
Mientras que
estaba en la carretera , un coche a toda velocidad se dirigía hacia mí. Se
escuchó un fuerte golpe, el capó del coche estaba totalmente destrozado ,
irreconocible . Entonces ,cuando todos se temían lo peor , yo me levanté sin un
solo rasguño y con la pelota en las manos diciendo:
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