LA
LLAMADA PERDIDA
Había
salido a dar un paseo por las acogedoras calles de mi barrio cuando
de repente sonó el teléfono de la cabina que se encontraba justo a
mi lado. Lo cogí y esperé el habla de la persona que había hecho
la llamada, pero no dijo palabra, por lo que colgué y seguí
caminando. Volvió a repetirse esa situación unos metros más
adelante. Me asusté, miré a mi alrededor exasperado, pude ver a un
hombre vestido de negro con su rostro oculto que caminaba lentamente
hacia mí. En ese momento sentí como un tímido escalofrío recorría
mi cuerpo. Caminé cada vez más deprisa para librarme de él, pero
el hombre me seguía. Eché a correr buscando una salida. Mi corazón
latía muy rápido hasta que por fin lo despisté, o eso creí en
aquel entonces, pues lo último que recuerdo fue la sensación de
algo afilado rozando mi espalda…
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