LA MENTIRA
Un día, yo inocente, sin pensar que nada malo pasaría, fui a mi casa con una mala nota del colegio, al ver a mi madre, me entró miedo, empecé a sudar, a ponerme nerviosa, entonces, sin darme cuenta mi boca dijo una frase que mi corazón no pensaba, que no era verdad, era una mentira. Mi madre con cara de felicidad, dijo; ‘estoy orgullosa de ti hija’, en ese momento me sentí mal, sentí un nudo en el estómago, pero en esa situación no podía hacer nada más que callarme y seguir adelante. Pasaron días, semanas, y en todas decía una mentira, cada vez me sentía más y más pequeña, hasta que un día mi familia descubrió la verdad, me sentía vacía, avergonzada y mal... Ahí fue cuando reflexioné, pero ya era muy tarde como para reflexionar.
Piensa y actúa, no actúes y pienses.
Piensa y actúa, no actúes y pienses.
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