RECUERDO
A veces, solo a veces, me llegan vagos recuerdos de tu risa. Otras veces, más frecuentes,
me llegan ecos de tu vida. Y envidio a quienes siguen viviendo tu risa y tu aliento, para
los que tus palabras no son un vano recuerdo. Y es una envidia mala; tan mala que quema,
que hasta duele. Y espero que mi nombre roce tus oídos, y que tu corazón me busque.
Que me busque y que me encuentre.
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