Cénit
De lo más pequeño nace el
hombre, y en su cabeza se abre el ojo de la verdad. Como si nunca
antes hubiera estado vivo, mira a su alrededor logrando por fin
escuchar a los colores, ver las melodías y tocar el arte. Se detiene
y observa el mundo en el que estaba existiendo durante todo su
despertar y por primera vez entiende que también es profundo. Ahora
comprende el comportamiento del universo y poco a poco la llama de su
curiosidad se va desvaneciendo, pero no siente miedo, porque lo sabe
todo. Solo entonces comienza su último viaje, a través del vacío,
atravesando las fronteras del entendimiento humano y llegando al
punto del infinito donde el cielo y el infierno son uno, colisionando
y convirtiéndose en luz. Regresa al punto más pequeño de nuevo y
abraza el sentido de su vida. Muere con el estruendo de un nuevo dios
naciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario