CARTA AL
CORAZÓN
-Traigo un mensaje urgente, por favor déjeme pasar.
-Lo siento, los muros se lo impiden. Además, en tal caso
nuestros prisioneros podrían escapar.
-Vengo de muy lejos, de allá donde no existen miedos, donde
el odio es amor y el fracaso palabrería. Allá donde las dudas se disipan y
donde el tiempo es eterno. Déjeme pasar se lo suplico, tengo que hablar con él.
-Parece que no entienda que no quiere ver a nadie. Desde
entonces así es este reino y así quiere que sea siempre.
-Déjeme por lo menos entregarle una carta, no volverán a
verme por aquí, sólo quiero hacerle llegar un mensaje.
-Está bien…
-Señor aquí tiene, sé que no quiere recibir nada, pero
parece importante y han insistido tanto que no he sabido de qué manera negarme.
-... “Te quiero”-decía la carta.
Desde ese momento las puertas del reino se abrieron, los
muros se derribaron y los sentimientos prisioneros quedaron liberados. El
corazón volvió a ser.
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