El grito, de E. Munch. |
Una de las partes más destacadas y recurrentes de la mitología griega es la que se refiere a sus divinidades. A partir de ellas, surgen numerosas historias que hemos convertido en tópicos para referirnos a comportamientos humanos: todos hacemos alusión al mito de Sísifo cuando nos enfrentamos a un problema ingente e imposible de solucionar, o recordamos al Ave Fénix, cuando superamos un obstáculo que nos tenía sumidos en la desesperanza. Sin embargo, la influencia de los dioses griegos y latinos no se reduce a los mitos, sino que, como vemos con la etimología de las siguientes palabras que nos ofrece D. Javier Murcia, han tenido influencia en el origen de muchos vocablos.
PÁNICO:
El
pánico es “un miedo extremado o muy intenso”. Esta palabra
aparece en nuestro idioma a mediados del siglo XVII; procede del
griego panikón,
a partir de la expresión: deima
panikón que
significa “terror causado por Pan”.
Pan
era un dios campestre; tenía cara barbuda con una expresión de
astucia bestial. Llevaba dos cuernos en la frente; tenía el cuerpo
velludo y sus miembros inferiores eran de macho cabrío. Sus patas,
secas y nerviosas, terminaban en pezuñas hendidas. Era rápido en la
carrera y trepaba con facilidad por las rocas.
A
este dios se le atribuían esos miedos irracionales que súbitamente
asaltaban a los hombres en los lugares solitarios y aislados; en
especial, se le atribuían los ruidos sin causa aparente que se
escuchaban por los montes y los valles.
El
nombre del dios se ha relacionado con el término griego πᾶν que
significa “todo” y tenía que ver con su origen; una versión muy
curiosa del mito nos cuenta que Penélope no había sido fiel a
Ulises durante su larga ausencia, sino que se había acostado con
“todos” los pretendientes y fruto de estas relaciones había sido
este ser tan peculiar.
HERMÉTICO:
Según
el diccionario significa “impenetrable, cerrado”, “que no deja
pasar el aire u otros fluidos”. Procede del latín medieval
hermeticus. En
esta palabra se ve claramente el nombre del dios griego Hermes.
Los
griegos asociaron al dios Hermes, mensajero de los dioses y patrón
de los comerciantes, con el dios egipcio Tot, dios de la sabiduría y
patrón de los magos. Se creó así la figura de Hermes Trismegisto
(“tres veces grande”) un supuesto sabio egipcio creador de la
alquimia y de todo un sistema de creencias místicas, oscuras y
cerradas. A esta corriente filosófico-religiosa se le llamó a
partir de su nombre: “hermetismo”. Durante la Edad Media los
escritos atribuidos a Hermes Trismegisto fueron muy populares y se
conocían como Hermetica.
HERMAFRODITA.
De
Hermes también procede la palabra “Hermafrodita”; del latín
Hermaphroditus, que
a su vez procedía del griego Hermaphróditos.
Con este nombre se
llamaba en la mitología al hijo que nació de las relaciones
adúlteras de Hermes y Afrodita y que participaba de los dos sexos.
La forma en –a de nuestro idioma debe ser por la influencia del
francés hermaphrodite.
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