Begoña M. Rueda |
VIERNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2017
Ojalá volvieras para disfrazarnos de power rangers.
Es lo típico que siempre dijimos de hacer y nunca pasó,
disfrazarnos de power rangers en un entierro,
intentar salir en los periódicos.
No podíamos entender que nunca se le hubiera ocurrido a nadie,
querías que nos disfrazáramos
tú de power ranger rosa y yo de power ranger amarillo
en el entierro de un cura, qué mejor candidato
que alguien que basa sus creencias en la ciencia ficción,
alguien que da misa
disfrazado de power ranger negro.
En opinión de Ana Correas, el poema habla desde la nostalgia y el cariño hacia una persona querida de la autora con la que disfrutaba y hablaba de hacer cosas divertidas (como disfrazarse de power rangers rosa y amarillo en un entierro solo porque nunca se le había ocurrido a nadie). El poema hace una crítica y una burla a la religión: la crítica cuando dice que las creencias de un cura están basadas en la ciencia ficción; la burla, cuando dice que oficia misa disfrazado de power ranger negro.
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