UNA MAÑANA MUY NORMAL Y ABURRIDA
Cuando escuché el despertador sin ganas de ir al instituto, me levanté, me
vestí y escuché golpes en mi puerta. Abrí y ¡vi a mi perra! queriendo entrar, e
iba a cerrarla cuando bajara. Después, desayuné, me peiné y me lavé los
dientes. Más tarde, puse mi almuerzo y mi botella de agua en mi mochila. Luego,
me abrigué y salí con mis amigos hacia la parada de autobús, y allí, subí y más
adelante había atasco producido por un accidente. Por desgracia llegamos a
tiempo al instituto.
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